¿En qué momento mi tiempo cambió de dueño?
Partiendo de ahí me marcaré mis tiempos y con eso podré poner límites al resto del personal; que, dicho sea de paso, lo entenderán perfectamente; tontos no son y como sé que me aman incondicionalmente, estarán felices de ser parte de mi evolución y éxito personal y profesional.
Así que mi tiempo no cambió de dueño, solamente se los presté tantito en lo que organizo mi vida, mis pensamientos y mis prioridades… sobre todo, mientras apago mis propios miedos.