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Búscate una pareja para que te quite lo amargada. Sí como no

¡Búscate una pareja! a ver si así se te quita lo amargada.

O el típico, ¡Te vas a oxidar, ya búscate a alguien!

Y para rematar, solo vas a ser feliz cuando encuentres un hombre que te apoye.

Bue… y más frases que te podría contar que me han dicho sin ningún miramiento, pensando que con una pareja voy a ser feliz.

Quiero aclarar algo antes de empezar mi diarrea mental, voy a hablar de pareja, me vale como visualices tu pareja, aquí el meollo del asunto es la pareja.

Dicho esto, te platico:

Búscate una pareja ¡ya!

Constantemente en mi vida he escuchado esto, como si tener a alguien a lado te hiciera más valiosa, más valiente o feliz.

Siempre he tenido un genio de la jodida, no lo voy a negar, y cuando crecí me decían mucho:

-Que genio ya consigue un novio.

Lo curioso es que aún con novio me seguí cargando el mismo carácter.

Llegue a pensar que de verdad mi elección de libertad hacía que yo no fuera feliz.

Te voy a confesar que yo nunca me visualice con una pareja tipo marido.

Me refiero a que no me veía en una relación de pareja en familia, como la de mis papás que justo fue y es la típica postal americana de la familia feliz.

Yo admiraba mucho a una tía que era mamá, y ella andaba libre por el mundo con su hijo, ya estudiaba una maestría por aquí otra por allá y yo la veía feliz.

En cambio, veía como mi mamá se esforzaba mucho para que mi papá estuviera bien, la comida, la casa, nosotros, y eso muy en mis dentros no era para mí.

Así que desde jovencita fui muy clara en eso que quería.

Si tenía novio y el tipo era muy absorbente o me quería tener solo con él y en casa de sus papás cumpliendo la neta no me sentía bien.

Si que mi primer novio así fue, todo muy formal ya sabes, y yo solo tenía 17 años, yo quería correr y descubrir, vivir la vida loca pues…

Debut y despedida, todas mis demás “relaciones” fueron muy relajadas, si me sentía atrapada corría.

Atrapada me refiero a que me sofocarán, me celarán o algo así, soy muy libre pero también tengo mis limites muy claros y si estoy con alguien soy muy consciente de que yo decidí estar con esa persona entonces estoy con esa persona.

Porque cuando me encuentro en esa situación comienzo a no ser yo y la cosa funciona mal, para mí, aclaro que, para mí.

Yo respeto mucho a las mujeres que tienen un matrimonio y que han sabido llevarlo a buen puerto.

Yo lo intente, estuve con el papá de mis hijas 10 años.

De los cuales 1 año estuvimos saliendo, luego me embarace de mi primer bebé después 2 vivimos juntos, otros dos nos separamos, y los restantes por ser militar andaba por aquí y por allá.

Para mi era muy cómodo, lo veíamos como dos o tres veces por año casi un mes, así que nos empachábamos uno del otro.

Para mí eso me funcionaba

Cosa que a él no, decidió irse por otro camino, me dolió hasta mis vidas futuras y pasadas, pero así paso.

La cosa aquí es que aun con una pareja “estable” o con un constante de convivencia no he sabido encontrar lo que le llaman felicidad.

Tengo una amiga que hoy día piensa que es feliz porque tiene una pareja que la ayuda económicamente, y ella siente eso como felicidad, y sus palabras fueron: él es todo lo que yo quiero.

Y eso me dejo pensando:

Entonces tener una pareja que te cubra tus necesidades ¿es felicidad? Digo, a nadie le cae mal una ayudadita la neta, no lo voy a negar, pero eso no es todo, porque después llegan las facturas y ahí es donde a ese juego yo no le entro.

Si que todas decimos que queremos un millonario que nos cumpla todos nuestros caprichos, yo lo digo… pero eso no lo baso como mi felicidad.

Es más ¿Qué es la felicidad?

Si tener una pareja lo es, ¡qué básica es la felicidad!

Cosa que no comparto, yo creo que la pareja es un engrane de la maquinaria de la felicidad, pero no es la máquina.

Que es bonito compartir con alguien, que nos digan cosas bonitas, que nos hagan sentir bonito y nosotras hacer lo mismo por la pareja, sí si lo es, pero no puede ser tildado como felicidad.

La felicidad para mi es un estado de ánimo, no una constante en mi vida, quizá tú lo veas distinto y lo hayas experimentado distinto.  Y está bien.

Para mi una pareja no es mi boleto a la felicidad

A lo mejor y me estoy encontrando en mi soledad, estoy aprendiendo a escucharme y a dejarme experimentar sin ni siquiera tenerle que contar a alguien lo que voy hacer o experimentar.

Hoy día me pregunto y me contesto sola, y me está funcionando.

Gente cercana a mi me dice que me estoy amargando, que debería conseguirme a una pareja para que me quite lo amargada.

La cosa es que no sé si esas personas están confundiendo mi actitud de no complacer a nadie, ni hacer lo que los demás esperan de mí, ni mucho menos lo que piensan que debo de hacer, sentir y pensar lo confunden con amargura.

¿Me explicó?

Estoy en un momento en donde me vale madres si hago las cosas fuera de lo establecido.

Es más estoy haciendo todo al revés, todo a la inversa, y es mi propia naturaleza, no es por molestar, es algo que me sale natural.

Y creo que por ahí viene que si me dicen que me busque a alguien pues por mi propio comportamiento no estoy en busca de nadie.

De igual forma no creo que debamos ser tan egoístas y entregar nuestra felicidad a una pareja, no podemos cargar esa energía en alguien que ni siquiera sabe que es su responsabilidad hacernos felices.

Yo creo como ya te lo dije que la felicidad es un estado, así como estas triste, estas feliz, estas en paz, estas creativa, estas enojadas, esta hambrienta, estas pensativa, estas con flojera… Y así le seguimos.

La conclusión aquí es que:

Una pareja no me va a quitar lo amargada.

Porque no estoy amargada…

Solo estoy diciendo y haciendo lo que quiero, que a mis 42 años me estoy permitiendo ser yo misma con todas sus consecuencias y las desaprobaciones de la gente que me rodea.

Y ¿sabes qué? Voy a seguir igual y más todavía.

Entre más valor este agarrando de mi misma y haciendo lo que me sale de las tripas pese a todo lo que piensen y me critiquen lo voy a hacer con más ganas.

Y si eso es amargura… bueno entonces sí, estoy amargada, ¡y me gusta!

gabriela castelo

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