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Despido al multitasking, adiós a la mujer multitareas

Reconozco que he sido partidaria de ser una mujer multitareas, pero hace unos meses que cambié de opinión y decidí despedir al multitasking y enfocarme en hacer una sola cosa a la vez.

No tiene absolutamente nada que ver con el poder o no poder hacer muchas o varias cosas a la vez, sino con el hecho de que no tiene el menor sentido.

Y como siempre digo, no doy consejos, simplemente cuento lo que hago por si alguien le sirve; y también digo que es de sabios cambiar de opinión.

Las mujeres tenemos «N» cantidad de cosas en la cabeza

La verdad y nada más que la verdad… tenemos 55,500 cosas en la cabeza, cosas por hacer, cosas por las que preocuparnos, cosas de las que ocuparnos, cosas que nos importan y hasta cosas que no nos importan, pero nos encanta tener la cabeza ocupada.

Como te decía, hasta hace unos meses yo, no sólo tenía ese montón de cosas en la cabeza, sino que me proponía hacer varias cosas al mismo tiempo. Con esto te digo que he estado cocinando mientras escuchaba un curso y mientras contestaba mensajes o correos electrónicos; todo esto, claro está, con música de fondo que me mantenga de buen humor.

Según yo, era capaz no sólo de hacer varias cosas al mismo tiempo sino de concentrarme en todas y hacerlo bien… ¡error!

Analizar las multitareas

Si realmente ponemos atención y analizamos las cosas, en lugar de avanzar era como un retroceso y te lo explico.

Me lleva más tiempo intentar hacer esas tareas a la vez que si algo una por una. ¡Comprobado!

En vez de intentar hacer todo al mismo tiempo, hago una cosa a la vez, entonces me enfoco únicamente en eso y lo hago rápido (obvio, sin tener en la mente tooooooooodo lo que tengo que hacer).

Así que me despedí del multitasking y de la lista de tareas en orden o con horario.

Simplemente voy haciendo

No he dejado de lado lo que quiero o me propongo hacer a corto, mediano y largo plazo; simplemente elijo ir un paso a la vez y, sobre todo, enfocada en ese paso, no en los siguientes.

Esto, no sólo ha aligerado un montón mi forma de trabajar y hacer, sino que ha aligerado mi mente. Estoy en el proceso de acostumbrarme (sí, es un entrenamiento y en este momento prefiero tener una mente fuerte que unos abdominales de lavadero) a no pensar más allá de lo que tengo delante.

Elijo momentos en los que sí quiero hacer planes o proyectos; es ahí donde me doy el lujo de pensar en todos mis sueños y mis proyectos y los pongo en perspectiva.

Una vez que termino de hacer eso, me enfoco en el momento actual y voy decidiendo lo que voy a hacer, en orden y concentrada sólo en eso, no en la meta, sino en los pasos.

Cuesta un huevo… siendo totalmente honesta. Llevo muchísimos años con la creencia de que las mujeres somos capaces de hacer muchas cosas a la vez y, además, es una idea que nos meten con todo el orgullo, como si fuera un gran logro y la realidad es que nos genera más estrés y carga emocional que fortaleza, valentía u orgullo.

Por mi propio bienestar mental, emocional y físico, despido al multitasking y me enfoco en una cosa a la vez, avanzo más y estoy más tranquila.

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