Maltrato psicológico, hemos escuchado mucho este concepto.
Y cuantas de nosotras hemos transitado por ahí.
Yo sé que hay muchas formas y muchos medios por los que podemos sentir maltrato y somos tan ingenuas que si no sufrimos de un buen golpe pensamos que no nos está pasando.
Voy a centrarme en el maltrato que sufrimos las mujeres en una relación, ese maltrato que te marca y te duele para siempre.
Aclaro que yo no soy psicóloga, terapeuta o algo que se le parezca, simplemente soy alguien que ha pasado por varias cosas en la vida y he aprendido a detectarlo.
Mi principal objetivo en expresar esto es que te des cuenta de que por más que queramos tapar el sol con un dedo no es tan fácil.
Lo primero es negar que estamos siendo víctimas de maltrato psicológico
Como te lo cuento allá arriba, es más fácil hacernos las de la vista gorda que aceptar que algo está mal.
Es muy fácil sacarle la vuelta a la situación y no pensar que estamos sufriendo maltrato psicológico, es más ¿sabemos detectarlo?
Si somos honestas con nosotras mismas y hablando con la neta, si nos damos cuentas, todas y cada una de nosotras.
Lo peor es que llegamos a justificar con la típica frase:
“Nunca me ha golpeado”
Y pensamos que con eso estamos libres de pecado… Y sabemos que eso no es así.
El maltrato psicológico jode de igual forma, lo único es que no deja morete en la piel, pero si que te moretea el alma y en la dignidad.
La verdad y debo de confesarlo yo si he sufrido de maltrato psicológico.
Lo peor es que yo lo sabía, estaba consciente de que eso era maltrato.
Pero por la maldita idea de conservar una relación, de no destruir la familia que estaba formando me hacia la que no pasaba nada.
Y obvio que justificaba sus acciones con la falta de convivencia o con cualquier otra cosa.
Siempre pensé que llegaría el día en que no se portaría de esa forma conmigo, que estábamos pasando por momentos difíciles, que de hecho así era así como me convencí de que eso era.
Si lo sabía ¿Por qué seguí ahí?
La verdad no lo sé.
Quisa si.
Pero creo que todavía no tengo el valor de decirlo, a penas estoy tratando de limpiar esa parte de mi vida y de mi sentir.
Pero si te soy sincera todavía sufro o tengo secuelas de ese maltrato psicológico.
Lo peor es que él no se da cuenta, o lo hace con toda intención, y ni sé.
Con su afán de hacerme sentir la peor mujer no sabe que entre mis pies están mis niñas y que de refilón a ellas también les hace daño con su indiferencia.
Ya no tengo miedo de pensar que pase o estoy pasando por ese “maltrato” que él no necesito darme un golpe para para descolocarme y hacerme sentir mal, solo basto con la intención de hacerme sentir mal.
Tú sabes bien si estas pasando por maltrato psicológico
Mi propósito con este post no es hacer una lista de los 20 signos de maltrato, y hacer casi casi un check list de situaciones para que te des cuenta o no.
Mi propósito es que llegues tú sola y tengas la valentía y muchos ovarios para aceptar ante ti misma que lo sabes y lo sientes.
Son actitudes tan sutiles, tan etéreas que muchas veces a simple vista no lo notas, pero cuando se acumulan situaciones llega un momento en que tu voz interna no deja de gritar.
Es tan simple como dejarte sola en situaciones que deberían estar juntos, tan invisible con una mala cara sin motivo, tan hiriente como la indiferencia.
Y cuando ya llegan las palabras que te atraviesan la dignidad y te dejan en el suelo.
Ya es tarde porque ya eres presa de esa situación, el dejar que sus palabras hieran y de te dejen fría es más que una alerta, ya es un grito desesperado eso es equivalente a un golpe.
Yo creo que todos somos víctimas y victimarios
Pero de cada una depende hasta donde queremos aguantar.
Esto del maltrato psicológico lleva a todo, desde palabras feas hasta infidelidades, y la verdad que yo he pasado por todas estas etapas.
Hasta le punto de hacerme un caparazón y justificar la situación con un sinfín de pretextos que yo misma me creía.
Llego el punto en que yo le pagaba con la misma moneda.
Cuando me hacia sentir vieja, de alguna forma le hacia sentir que ya no era el de antes, que ya tenía la misma fuerza de hace unos años.
De repente me ignoraba por días, pues yo dejaba de contestar el teléfono por semanas.
Si me hacia sentir que no me necesitaba, alardeaba de que yo no necesito de un hombre.
Por eso te digo que podemos estar en las dos partes, no digo que yo lo dañe tanto que el tipo se deprimió.
Pero yo le pague con la misma moneda.
Al momento que llego la revancha estuvo cabrón porque el dio la ultima estocada que fue la que me dejo peor que un trapo sucio, termine siendo una zalea en el centro de cuarto, sin vida y sin dentros, me dejo vacía.
Y ¿ya paso?
No lo sé, tengo más de año separada y más de tres meses que yo no hablo con él, es más hay semanas que no sé si vive o muere.
¡Obviamente sigo siendo su víctima!
Él sabe o piensa que yo me pregunto todos los días si está bien, pero la neta es que hace muchos días que decidí no darle importancia, es por eso que me atrevo a escribirlo.
Sí él quiere torturar a alguien, esa no voy a ser yo, porque yo ya sé cómo son sus jugadas.
Además, ya no quiero ser su víctima.
Para irme quiero decirte algo:
No es malo pasar por esto, no es de mujeres débiles, es simplemente situaciones que nos toca vivir para darnos cuenta de lo somos capaces.
Para mi una mujer que pasa por algo desagradable y tiene la fuerza y ese pedazo de valentía para aceptarlo, superarlo y no avergonzarse es una pinche vieja bien chingona.
Si estas pasando por algo así y no sabes que hacer, tal vez acercarte con un profesional no es mala idea, algunas mujeres necesitas ayuda externa, y está bien.
Otras somos cuerudas y lo hacemos solas y a nuestro ritmo, y también está bien.
Lo único que te pido que pienses es: Si vale la pena aguantar todo eso, por ti y por los tuyos.