Ser feminista o pensar en el feminismo esta tan manoseado (y por hombres) que ya hasta hueva me da.
Se convirtió en un tópico en las agendas de gobierno que ya el sentido real del feminismo se acabó.
Convirtiéndolo en un circo lleno de animales machos orquestando los traumas y sobajamientos por los que ha pasado una persona, que en este caso es de sexo femenino.
Llevando a las masas rosas ahora moradas también a llenarse de ira, y no contra los hombres en sí, si no en contra de un sistema que ni siquiera dominan, porque no creo que todas las que caminan en las calles con una playera morada sepan lo que realmente es el feminismo.
El feminismo no es para chingarnos a los hombres, el feminismo surgió como una forma de expresión.
Una verdadera expresión, en donde el nombre “feminista” fue dado por ¡hombres!!!! Ya comenzamos mal.
El feminismo real ya no existe
El hecho de dejarte los pelos de piernas y los de las axilas no te hace feminista.
El hecho de no ponerte protección cuando reglas, tampoco es feminista.
El hecho de hablar mal de los hombres no te hace feminista.
El hecho de decir que defiendes tus derechos, no te hace feminista, la ley no hace distinción de sexos, lo hacemos nosotros humanos, homosapiens, te hace una persona justa.
El hecho de ser mamá soltera no te hace feminista.
Tampoco te hace feminista querer una vida mejor y trabajar por tu cuenta.
No te hace feminista tener que trabajar por que un hijo de puta se hace tonto en mantener a sus hijos.
No es feminismo el hecho de decir que la sociedad es un patriarcado fálico lleno de testosterona.
¡Por favor! Utilicemos bien las palabras, investiguemos los conceptos para poder abrir la boca y entonces si poder levantar la voz.
Yo si me deje llevar por el feminismo contemporáneo
Me deje llevar por los carteles rosa y la diamantina morada.
Lloré con todas las historiad de violaciones y muertes a mujeres y niñas, me causa repudio que un ser humano pueda hacer todas esas cosas.
Siento mucha empatía por todas aquellas mujeres que viven con miedo de no poder separarse de un hombre que ya no las hace feliz, y que no puede irse de ahí por dinero, por no tener los medios de alimentar a las crías.
¡Yo estuve ahí! Y me chute muchas puestas de cuernos, hasta que él mismo me ayudo a darme cuenta de que yo no era así, yo no era esa persona que se estaba haciendo dependiente de los 3 pesos que me daba para sus hijas.
Eso fue el detonante para que comenzara a levantar la cabeza y darme cuenta de que, a mí, los hombres solo me sirven para cargar el garrafón.
Pero eso no me hace una feminista, ni me hace una mujer empoderada (otra palabreja llena de connotación política y manipulación) me hace un ser humano reencontrado, me hace una mujer con la fuerza suficiente para luchar por mi y mis hijas, nada más.
Además, si volteamos a ver la historia nos damos cuenta de algo importante
El afiche más promocionado como una mujer feminista es la de una mujer con un paliacate roja en la cabeza, tipo Pin up, ya sabes las típicas fotos de mujeres en la segunda guerra mundial.
Cuando tuvieron que aprender a trabajar en las fábricas porque no había hombres para trabajar, y no porque no quisieran si no porque los mandaron a la guerra.
Por eso es qua la mujer en Estados Unidos tuvo que realizar los trabajos que normalmente eran asignados a hombres y no por ser sexistas si no porque ellos tienen unas características físicas que eran necesarias.
Eso no quito que las mujeres también pudieran hacerlo, y ¡lo lograron! Y eso es historia, historia de la buena, pero con los gringos.
Acá en México también tenemos lo nuestro, las famosas Adelitas, que eran las mujeres que acompañaban a los hombres a las batallas y además tiraban chingazos, hacían de comer y traían a los chamacos en la guerrilla porque no había donde dejarlos.
Estas son consecuencia de la historia, no por eso eran mujeres feministas, ¡no! Fue lo que les toco vivir en su historia.
De ahí si que como mujeres se dieran cuenta de que eran capaces de hacer más cosas, que no solo podían tener como instrumento de trabajo una escoba y un biberón.
Pero eso no nos hizo feministas.
Va más allá todavía
El otro día veía la tele con las niñas, y repasando que ver nos encontramos la vieja película de Mary Poppins, la vieja no la mamarrachada nueva, la original.
Pues en una de las escenas casi al principio, la mamá de los niños regresaba a su casa después de una manifestación para el derecho de las mujeres a votar, ¡en una película infantil! De hace un chorro de años.
créeme si te digo que me pare de una a regresar a peli y ver si realmente era lo que vi, me emociono ver eso, porque es realmente lo que significo defender un derecho que tenían las mujeres de aquel tiempo a votar.
A mi gusta sentirme así, mujer, bien mujer, un ser humano agarrando fuerzas de todos lados, una persona con mucha hambre de seguir aprendiendo y de poder dejar algo bueno al mundo.
Así que a mi si me gustan las frases de: Mujer chingona y poderosa, o la típica junta podemos y todas esas.
Pero eso no me hace una feminista del montón, ni voy a aceptar nunca ideologías que salen de las oficinas de los hombres para manipular a un grupo de mujeres que a su vez ellas manipulan a la masa rosa.
¡No! Yo hablo mal de los hombres porque se me da la gana, porque me he topado con cada pendejo que me ha enseñado lo peor de mí, pero no por eso los odio o soy una mujer independiente.
Pero ¡ojo! Así como me acabo a un vato me puedo acabar a una morra, y es que en la viña del señor para todos hay, así que eso no me hace feminista me hace una cabrona observadora acumula información lista para salir cuando es necesario.
Y ya me voy porque aquí me puedo quedar mucho tiempo hablando de lo mismo.
Espero no haber herido susceptibilidades o haber ofendido a alguien, que no es mi intención no es más que una reflexión de lo que yo pienso, como mujer del 4to piso, como mamá de dos niñas, como mujer educada en un matriarcado y como libre pensadora.