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Si soy mamá, ¿dejo de ser yo?

Mamá vs Yo, o algo así.

Sé que me entiendes, y sabes perfecto lo que quiero decir.

Pero por si las dudas lo pongo con otras palabras:

Si soy mamá ¿debo dejar de pensar en mi como una mujer?

Tal parece que para algunas personas sí.

La verdad que ha sido una de las crisis existenciales que he tenido desde que soy mamá.

Que dicho esto tengo que aclarar algo: Adoro por sobre todas las cosas a mis máquinas de mocos y pedo.

Mis crisis y preguntas no tienen nada que ver con los lazos que nos unen como almas.

Pero tengo casi 10 años en donde lo único que se me repite es que cuando me convertí en mamá automáticamente dejé de ser mujer para ser mamá.

Y que la vida me perdone, pero no creo yo que sea así.

Si soy mamá ¿Dejo de ser yo?

Como mujeres y como seres humanos tenemos ya una vida trazada, tenemos planes, tenemos responsabilidades y tenemos sueños.

Creo que yo que el convertirnos en mamás está dentro de cada uno de nuestros planes y eso no cambia de ninguna forma cada una de las metas y visiones de vida.

Si soy mamá pues esta bien, y eso no me quita o me da más peso.

¿Sabes? Todos los días que estoy planeando mi trabajo o que me pongo a trabajar y mis hijas están en el cuarto de a lado me taladran las voces que me dicen:

-Eres mamá levántate y ve a ver si quieren algo.

Y yo lucho con eso porque yo acostumbre a las niñas que si quieren algo y ellas mismas pueden ir por ello, pues que vayan.

Pero esa voz me persigue y me dice:

 -Antes de ser tú ya eres mamá.

Te juro que de repente hasta siento un peso, un peso que no me deja avanzar solo en pensar que tengo que estar todo el día al pendiente de ellas.

Si a eso le aunamos el confinamiento que estas viviendo es un peso realmente fuerte de llevar.

No me malentiendas

Yo atiendo y cuido a mis hijas, pero creo que si las educo como niñas dependientes de su mamá no van a encontrar su propia voz hasta que estén grandes y tú y yo sabemos que eso duele mucho.

A nuestra generación nos criaron mamás que solo pensaba en nosotros y ellas se nulificaron totalmente, vivieron las vidas de nosotros.

Y al voltear a ver su propia vida no encuentran algo que ellas realmente hubieran querido hacer.

Yo no voy a ser parte del grupo de mujeres insatisfechas porque no lograron hacer lo que quisieron.

Siempre quise ser mamá, ahora ya lo soy, siempre quise ser una persona de convicciones fuertes, ahora lo soy.

Pero me falta ser una mujer que después de los cuarenta y una vida llena de aciertos y desaciertos vuelve a empezar.

Si una vez levante un negocio durante 16 años, puedo volverlo hacer, la única diferencia es que a mis 20 años cuando inicie no tenía hijas.

Hoy que las tengo pues son parte de mí, son parte de todo este plan, y es cuando entendí que no dejo de ser mujer.

Es tiempo de despegar sin etiquetas

Soy mamá de dos hijas y soy estoy echando a volar mi negocio como diseñadora y estoy orgullosa de eso.

Por eso es por lo que les explico a las niñas que hay veces que tengo que trabajar un poco más, que si quieren tomar agua ellas mismas pueden ir a la cocina y servirse su agua.

Pero con algo tan simple esa voz me reclama y me vuelve a decir:

-Eres mamá primero, deja lo que estas haciendo y ve a servirle y llevarles el agua a donde ellas estén.

De verdad que he luchado mucho con esa voz y le repito todos los días que no les pasa nada si ellas mismas se procuran su agua.

O sus galletas o sus dulces o lo que quieran, ellas pueden y deben aprender hacerlo por ellas mismas.

Por eso llegue a esta conclusión

Soy Gabriela, mamá orgullosa y diseñadora con ganas de enseñar cosas bonitas al mundo.

Esas voces ya no me van a afectar y si las voces quieren ir a darles agua pues está bien.

Somos mujeres que somos mamás y punto.

Ya no permitas que esas voces te digan que hacer, haz lo que te salga de los ovarios y ¡punto!

Me retiro, y quiero que de ahora en adelante veas por tus propios ojos lo que quieres ser y hacer.

gabriela castelo