No tengo ganas de hacer nada… eso es literal, me siento cansada, harta, aburrida y con la energía al piso.
A veces siento que no quiero saber nada de nada ni de nadie, es como si una fuerza extraña no me dejara moverme.
Y no hablo de moverme como levantarme de la cama o ponerme a chambear, no.
Hablo de esas ganas de no pensar en nada, ni en nadie.
Es como cuando sientes esas ganas que el mundo se detenga un rato y deje de girar porque ya estas mareada.
¡No tengo ganas de hacer nada!
La pregunta es: ¿qué debo hacer?
La verdad no sé, porque me levanto, me pongo hacer algo, pero con cualquier cosa me distraigo y brinco de pensamiento en pensamiento.
No puedo retener un solo pensamiento por más de dos minutos, y eso obviamente por eso me empiezo a desesperar.
Y la voz traicionera que tengo dentro de mi cabeza me dice a gritos “eres una floja, levántate y ponte a hacer algo”
Va de nuevo me pongo a pensar que hacer, me pongo en mi mesa de trabajo tomo algún bolso que este haciendo y empiezo a trabajar.
Pero de nuevo comienza mi circulo vicioso de no querer hacer nada mientras mi mente me tortura.
Y pasan las horas, y horas
Mientras sigo atorada en lo mismo, al final me rindo y me doy cuenta de que por más que luche en contra del descanso y me quiera convencer de que tengo, debo y es mi obligación ponerme a trabajar o mínimo ponerme a ordenar el closet de las niñas, me rindo.
Llegue a la conclusión que no tiene nada de malo en descansar mi mente.
Ya no mi cuerpo, mi mente, no tiene nada de malo sentarme con mis hijas a ver la tele, o sentarme en el jardín solo a observar las nubes.
Tengo muy clavado en mi mente que si no trabajo todos los días no voy a conseguir lo que estoy buscando, que mientras trabajes arduo podrás llegar a tus metas, y la cosa no es así, es mejor dedicar tiempo de verdad, que pasarme horas y horas luchando con mi cabeza.
Y después de luchar conmigo misma y llegar a un cansancio de esos que no te explicas m e rendí.
El rendimiento de ganas de no hacer nada
Creo que a pesar de todo lo que tengo luchando por años he entendido que no tiene caso perder todo un día peleando con mi propio cuerpo si él quiere descansar.
Así que me rendí y me rindo cada vez que mi cuerpo mi mente y mi yo me lo piden
Hoy es un día de esos, ¡No tengo ganas de hacer nada!
Así que en este momento estoy escribiendo a las 12 del día con pijamas lista para ver series y tratar de dejar de pensar.
Creo yo que esta parte de aceptar que no tiene nada de malo o es parte de mi yo holgazán, es parte de mi proceso de aceptación, acepto cuando tengo mucha pila y ganas y ganas de trabajar al cien y acepto cuando mi cuerpo no quiere.
Para mi todo esto es parte de los cambios que estoy teniendo.
Parte de esa evolución de mujeres en donde queremos otro modo de vida.
Y no me refiero a cambiar nuestras vidas totalmente, me refiero a ir en el camino del cambio de a poco sin prisa y sin pelear por lo contrario.
Hoy soy dueña de mis momentos y ganas
Los vivo los acepto y la verdad estoy más tranquila.
Aprendía a organizarme de forma que no llego a ese agotamiento que no puedo controlar.
Y si quiero pasarme todo un día sin hacer nada ya no tengo remordimiento.
Así que como una mujer nueva y con ganas de seguir aceptando mis cambios me retiro voy a ver la tele.
No me voy sin antes recordarte que estamos cocinando algo muy bueno para nosotras, un espacio del que todas vamos a disfrutar.