Dejar salir los sentimientos, permitirte sentirlos para mi es lujo.
Pues eso siento yo, no sé si tú lo sientas igual, pero estamos tan acostumbrados a guardarnos lo que sentimos que a estas alturas de la vida somos re-millonarios sentimentalmente si nos dejamos sentir.
A poco no te ha pasado que cuando tienes un chingo de coraje y estas con otra persona te dice: Tranquila… relájate no tiene caso que sientas eso, deja salir tus sentimientos.
Y tú escuchas esa pendejada y terminas más jodidamente enojada que el principio, es más es tanta la pinche frustración de lo que acabas de escuchar que estas más enojada por eso que por lo que te hizo enojar.
Yo viví muchos años guardando lo que sentía, ya sabes eso de que las mujeres somos fuertes, y si chillas eres una débil, y entonces comienzas a construir una coraza tipo tortuga ninja que nada la traspasa, y cuando te pasa algo es como si solo hubiera pasado una mosca, o sea no pasa nada pues.
Entonces la gente de tu alrededor empieza a ver en ti a una cabronsota que aguanta mil pianazos y que nada la mueve de su lugar, y así mismo te la crees tú y empiezas a no dejar salir tus sentimientos.
¿Pero qué pasa el día en que por una pendejadita caes al piso?
Pues toda la gente que te rodea comienza a verte y no pueden creer que estés tambaleando y de pilón corre una lagrima ¡en la madre! Esto ya no es normal, es cuando empiezan los lindos comentarios de
- ¡Ay! Pero tú… tan huevuba ¿qué te paso?, no debe de ser tan grave haz de estar en tus días.
- No creo que sea para tanto, yo creo que estás cansada.
O el típico que por lo menos a mí me pasa…
- Todos son uno pendejos, no merecen que llores así por alguien
- ¿No que muy chingona pues? Y con una lluviecita te mojas…
Y así los comentarios mala leche siguen por mucho rato, mientras tú por tal de dejar escuchar semejantes pendejadas te tragas las lágrimas, y en lugar de llorar pa´fuera lloras pa´dentro y empiezas a agarrar callo de no llorar y no dejar salir tus sentimientos.
Perooooooooo, ahí está el punto del asunto al dejar salir los sentimientos
El día que se te llena el jarrito y tienes que explotar y deseas quedarte tirada en la cama un ratito más (mira que no digo días y días solo una pinche mañana) todo tu alrededor comienza a correr como hámster sin ruedita y te dicen, tú no eres así ¡levántate! eso es para los débiles y tú eres una chingona, y pues te levantas pues
Porque además el quedarte en la cama es un lujo que no nos podemos dar.
Y pues deja te digo que:
¡También las chingonas podemos llorar, podemos dormir todo el día, acabarnos un litro de nieve, ver comedias románticas, llorar y llorar con la almohada, ponerte hasta las chanclas con una cerveza, acabarte una caja de cigarros, comer mucho chocolate o simplemente quedarte sentada y ¡no hablar chinga!
El sentir y dejarte sentir es un lujo que vale la pena administrar bien, lo que no puedes hacer es reprimirlo, estancarlo, castigarlo, no dejar salir tus sentimientos, eso no.
El sentir y dejarte sentir es de las valientes.
Hoy platicaba con Rocio y justo decíamos eso… sentir es vaciarte para que te lleguen cosas mejores, el sentir es poder llegar al final del día descansada de pedos y lista para dormir rico, el dejarte sentir es saber vivir.
No hagas caso de esas pendejadas de “aprende a transmutar tus emociones negativas en positivas”” ¡¡ahhhh! Por favor son tonterías de gente que no sabe sentir, ¡a la mierda! Si estás emperrada, pues empérrate bien bonito para que en cuestión de minutos u horas depende del emperramiento puedas reírte de cualquier pendejada.
A mi me pasa seguido, que estoy bien enojada al mil, al máximo de mi enojo, pero como soy bien simple y digo muchas tarugadas igual y digo yo algo, pero bien enojada y estuvo tan bueno lo que dije (sépase que soy muy sarcástica y carrilluda) que me cago de la risa, que digo normalmente soy yo sola la que se ríe, y eso que dicen que la amargada soy yo.
El punto es que debemos de darnos el lujo de sentir y dejar salir los sentimientos, lo bueno y lo malo y lo medio bueno y lo medio malo, que al final somos muy libres de sentir lo que nos dé la gana.
Vivir con ese lujo es algo que merecemos y lo tenemos por derecho universal, hagámoslo valido y vivamos reconciliadas y llevándonos bien con nuestros sentimientos.
Déjalos salir y veras como te llenas de pura buena vida y un chingo de cosas buenas.