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Para toda la vida… la frase que más pesa

Hace unos meses estuve a punto de decirle a mi enano mayor esta frase: Para toda la vida…

La verdad me detuve en seco porque recordé el poder que pueden tener las palabras y el impacto que pueden causar, en este caso, literalmente para toda la vida.

Estábamos hablando de elegir carrera universitaria. En un momento de la conversación, estábamos tocando el punto de que sería algo que debería elegir con todo cuidado porque era una decisión importante; algo que lo tendría que hacer… para toda la vida.

Ahí fue cuando me detuve en seco.

Esa frase me ha marcado muchísimo, en una situación diferente, pero igual de importante. Me ha causado y me sigue causando un montón de dolor emocional porque la carga que implica es impresionante.

El hecho de que nos metan o nos metamos en la cabeza que algo es para toda la vida implica que no podemos echarnos para atrás, que no hay más remedio u otra opción; realmente es una carga muy grande.

En ningún momento plantea la posibilidad de arrepentirte o de no sentirte un tremendo fracaso si cambias de opinión y si ya no quieres hacer eso nunca más porque hay otras opciones.

Y aplica para todo; elección de carrera, elección de pareja o imposición de cuidar a tus padres.

Con mi enano me detuve antes de decírselo y cambié la opción.

Él puede elegir lo que quiera ahora y tiene la opción de cambiar de opinión cuando le dé la gana, porque no es algo que no tenga solución. Además, en su caso, con dieciséis años es cargarle mucho la mano con una decisión de ese tipo para toda la vida; como si no pudiera cambiar de opción, en unos meses o en unos años.

Lo único que debe ser para toda la vida es disfrutar la vida…

Como dije antes, esta frase es una tremenda carga en cualquier situación que se aplique. Yo me niego rotundamente a meter en la cabeza de alguno de mis enanos la idea de que tengan que tomar una decisión hoy para cargar con ella sin opción a cambio por el resto de sus vidas.

Así como no quiero que tengan en mente que, en algún momento de sus vidas, tendrán que cargar conmigo para toda la vida.

Cuando tomé la decisión de ser mamá no pasó ni un solo instante la idea de conseguirme quien me cuidara cuando yo no pueda o cuando esté muy viejita.

Así que desde este momento los libero de esa carga… quiero que ellos me amen por el ser humano que soy y que sea decisión de ambas partes el seguir viéndonos y conviviendo por siempre, pero de manera sana, no por obligación o, peor aún, porque me deban algo.

Lo que hago hoy por ellos lo hago por amor y para que sean seres humanos maravillosos, libres y soberanos de hacer lo que les venga en gana sin lastimar a nadie. No lo hago pensando en que en un futuro me paguen con creces, todo lo que yo he hecho.

Espero y deseo que entiendan que se puede cambiar de opinión, que se puede tomar decisiones diferentes a lo largo de sus vidas, que lo único verdaderamente importante es que lo que vayan decidiendo los haga felices a ellos.

Eso no quiere decir que hayan fracasado

Eso sólo quiere decir que han aprendido y han experimentado… así es como se pueden tomar mejores decisiones.

El para toda la vida, es un peso que no quiero cargar yo, mucho menos se los quiero heredar a ellos.

firma Rocio Casas

Si quieres saber toda la historia detrás de mi «para toda la vida», lo platicamos a gusto en los Grupos de Mujeres Perenne; ese lugar donde creamos una comunidad de mujeres que nos definimos por nuestra actitud ante la vida, no por un número llamado edad.

Vente y compartamos juntas este camino, aprendiendo unas de otras y haciendo nuestra vida mucho más divertida y menos solitaria.

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