Pues sí, aquí estamos, haciendo homeschooling, al mismo tiempo que todo lo demás.
No voy a entrar en detalles de todo lo que estamos viviendo en el mundo porque creo que ya hay bastante información y desinformación como para seguir por ahí.
Si no soy parte de la solución no quiero formar parte del problema.
Lo que sí creo que es un tema en el que nos encontramos la mayoría de las mamás, no sólo las del 4to Piso, es el tener a los enanos en casa.
Y si fuera tomado como vacaciones, no pasaría nada; un par de gritos, tres días desaparecidos en sus habitaciones, cosas normales de un día de descanso.
El rollo se nos está presentando con respecto a los estudios… porque no son vacaciones, es homeschooling.
Los profes sí tendrán descanso, de trabajo y de enanos revoltosos. Pero los papás, sobre todo las mamás, nos encontramos con la novedad de que, además de todo lo que ya hacemos todo el día, ahora nos toca convertirnos en maestros, literalmente.
Yo no quiero ser maestra
Pues sí, en ese momento crucial de mi vida me encuentro yo. No tengo paciencia para enseñar temas o materias que no me gustan, que nunca me entraron o que de plano no entiendo. Puedo pasar horas dando una cátedra sobre Numerología, horas hablando sobre historia, ortografía o gramática, incluso, inglés.
Pero cuando me metes en rollos de matemáticas, química, física, biología, etc.; no sólo me causa estrés, es que me vuelvo loca. Es como si los números y las letras me bailaran delante de los ojos y no tuvieran un orden que yo pueda entender.
Y la paciencia no es mi mayor virtud y la tecnología, ya veremos.
Tal cual, añadamos a todo lo anterior mi poca paciencia. Eso puede ser causante de un gran conflicto a la hora de ponernos a hacer homeschooling.
El homeschooling nunca fue opción
Esto funciona simple para mí, si hubiera querido que mis enanos hicieran homeschooling, no estaría pagando colegiaturas a lo tonto ni los hubiera metido en ningún colegio.
Pero nooooo… Yo inscribí a mis enanos al colegio cuando todavía no cumplían los dos años. Sí, tal cual lo lees, empezaron maternal en agosto y cumplían sus dos añitos en septiembre.
Valoro el trabajo de los maestros
Siempre lo he valorado. Procuro ser una mamá, lo menos presente en el colegio, sólo lo justo y necesario. Jamás me quejo por bobadas o los estoy fregando por correo electrónico, teléfono, whatsapp o citas sin sentido.
En el colegio donde estudian mis enanos siempre han sido súper profesionales y están al pendiente de todo, absolutamente todo; a nivel académico, emocional, físico, etc.
Están en constante comunicación con ellos y con los papás. Pero ahora me siento abandonada a mi suerte con todo y enanos.
Así que, aquí me encuentro hoy, preparándome psicológica, mental, física y emocionalmente para el inicio del homeschooling internauta el próximo lunes.
Mientras me pierdo entre plumeros, escobas, trapos, comida y, por supuesto, mi trabajo como numerológa y como artesana.
En fin, al mal tiempo buena cara…
¡Señor dame paciencia, porque si me das fuerza…!