Yo quiero un trabajo así, pero estoy segura que no quiero ser como el chico y el ordenador, sino como los piecitos que asoman más cerca en la foto.
Soy mamá emprendedora del 4to piso y en este mundo del emprendimiento decidí lanzarme en internet.
Eso me costó muchas lágrimas y muchas migrañas.
Tomando en cuenta que era una mujer que le tenía pánico a cualquier cosa que tuviera más tecnología que una calculadora científica, que usaba el celular solamente para lo que era, o sea, llamar por teléfono; imagina lo que fue intentar ingresar en el mundo cibernético.
Exacto, un verdadero dolor de huevos…
Tantas cosas por hacer y, por lo tanto, un montón de información que buscar y lo más jodido, que aplicar.
Todo esto no teniendo ni p..a idea de lo que me estaban hablando. Leía términos que ni sabiendo inglés, francés y español, lograba comprender, bueno es que ni traducir y cuando lograba traducirlo, menos lo entendía.
Quizás sea sólo yo o tal vez es porque estamos en este 4to piso y eso implica que vivimos esa transición entre la desconexión total y la conexión inmediata en cuestión de minutos.
Los chicos de ahora ya nacen conectados al wifi y los de generaciones anteriores no entienden para qué, siguen en esa desconexión.
Lo que sucedió fue lo más lógico del mundo y lo que, seguramente, están haciendo montones de mujeres, la mayoría, en el 4to piso.
Realmente quiero un trabajo así…
Me encontré con montones de “gurús” que vendían, a diestra y siniestra, talleres, cursos, mentorías, asesorías y cualquier cosa para enseñarte a ser la maestra de las ventas por internet.
Y también, estoy segura, que muchas caímos en las garras de gente poco profesional que vendía las perlas de la virgen a precios exorbitantes y nos acabaron dando chochitos.
Después de tantos años (6 aproximadamente) puedo decir, con todas sus letras y en mayúsculas, que soy una CHINGONA.
Todo lo que tiene que ver con mi negocio on-line, lo hice por mí misma, horas y horas de investigación, páginas y más páginas abiertas al mismo tiempo de “san google”, montones de experimentos, aciertos, errores… aprendizajes a puños.
Yo quiero un trabajo así…
Hace unos años, estaba de moda vender que el trabajo de mis sueños sería aquel que me permitiera llevarme ese trabajo a donde quiera que fuera.
Y sé que muchas compraron esa idea, entre ellas, yo.
Hoy estoy completamente segura que el trabajo de mis sueños es aquel en el que puedo hacer lo que realmente amo, ganando lo que económicamente me merezco; pero, sobre todo, aquel que me permita viajar, salir de vacaciones, descansar, disfrutar sin tener que cargar con una laptop o, en mi caso, con un par de huevos, botellas, pinceles y pinturas para poder trabajar donde yo quiera.
Yo quiero un trabajo así, que me permita trabajar en mi estudio, que amo… y viajar libremente sin la carga laboral.