El 4to Piso de la Mujer
El desafío es rico; empiezan experiencias más intensas, comienza una clase de segunda adolescencia; pues la irreverencia es un placer que nos podemos dar pero con sentido, mucho sentido.
Tenemos mil y un historias privadas que nos causan sonrisas inesperadas, que nos hacen adquirir ese brillo que dan las travesuras de cuando éramos niñas, pero ahora con la sensualidad de una mujer en potencia.